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Foto del escritorlicia lópez de casenave

¿Alguien tiene dudas que la protagonista de esta saga es nuestra Claire?

La razón principal por la cual debemos estar agradecidos por Outlander es Claire Fraser

¿Soy yo o se siente como si 2014 fue hace un millón de años?

Hay muchas razones para estar agradecidos por Outlander, pero el mayor entre ellos es el hecho de que nos distrae de los desafíos de la vida cotidiana en esta época que estamos viviendo. Lo hace con los hombres en kilts, vistas impresionantes, interiores magníficos, y los vestidos lo suficientemente hermosos como para hacerte llorar. Más importante, promueve la idea de que uno puede vivir con whisky y avena y todavía tener piel excepcionalmente húmeda. Si eso no es vivir el sueño, ¿qué es?

Pero la razón principal para estar agradecidos por Outlander tiene un nombre largo: la presidenta Claire Elizabeth Beauchamp Randall Fraser. Uno de esos epítetos no es oficial. Todavía.

Mucho antes de que las pequeñas mentiras fueran un destello en el ojo de HBO, Outlander nos dio una mirada compasiva en las opciones difíciles de una mujer compleja dentro de un medio social apretado. Dos años después de que Claire terminara en Misty Scotland, Netflix estrenó “The crown”, un drama de cómodas casas de campo y exuberantes paseos por las tierras altas escocesas.

De regreso a 2014, Outlander ya estaba explorando las ideas de los despedidos, menospreciados, subestimados, ignorados, las mujeres que están en sus casas y trabajos. Con una botella de whisky en la mano, siempre ha sido el juego para subvertir casi cualquier expectativa que los espectadores pueden haber tenido. Épica histórica, drama de cámara, historia de suspenso, el amor de gran alcance, espadas, aventura, Outlander es todas esas cosas y más. Pero siempre vuelve a su relación principal: Claire y sus deseos.

Probablemente pensaste que iba a decir "Claire y Jamie", y por supuesto, sin la química de Caitriona Balfe y Sam Heughan, este programa probablemente hubiera tenido una muerte rápida. Estos actores (por no hablar de Tobias Menzies) han trabajado muy duro para asegurarse de que las vidas de sus personajes –y las heridas que han acumulado en el camino– atraigan a los espectadores cada vez más a la historia. Balfe y Heughan, carismáticos por su cuenta y positivamente eléctricos juntos, comparten una chispa infernal en pantalla. Pero eso por sí solo no podría haber sostenido una franquicia entera durante años. Gran cantidad de implicados –desde el elenco, directores, escritores, artesanos y la tripulación interpretando las novelas de Diana Gabaldon– nos ha hecho querer viajar en el tiempo y usar ropa de lana que pica. Es un milagro que debe ser debidamente celebrado.

El mayor milagro es que Outlander ha sido inquebrantable en su lealtad a una causa noble: la idea de que las muchas vidas de una mujer –profesional, sexual, personal, política y psicológica– valen la pena explorar con respeto, cuidado y alguna bien modulada irreverencia. Claire sufre las consecuencias por sus acciones, no habría drama si no lo hiciera. Pero Outlander sondea su corazón, alma y mente sin castigarla por ser calculadora, impetuosa, franca, cachonda, inteligente e ingeniosa.

Llama mi atención que, de vez en cuando, la gente comente sobre las escenas de sexo. Pero vamos a ser realistas: el hecho de que un programa de cable premium presente cuerpos desnudos no es notable. El tipo de sexo consensual es lo que es revolucionario. A las mujeres les ha sido negado desde que la televisión fue inventada, de acuerdo con mi (posiblemente defectuosa) investigación.

Uno de los principales regalos de Outlander ha sido su capacidad para rescatar la intimidad de todo tipo de repetición. Estos hechos siempre fueron predecibles y centrados en los hombres y esa ha sido la norma de estos momentos. Sexo emocionalmente fundamentado entre dos personas, que ambos disfrutan complacerse mutuamente… ¿y ellos mismos? ¿Quién sabía que podría ser caliente? Las Mujeres. Las mujeres lo sabían. Literalmente, tantos millones de mujeres, y los hombres, que lo han sabido a lo largo de la historia. Pero en su mayor parte, en Hollywood, ¿cuántas veces hemos visto una muestra de carácter femenino en ese aspecto? Ronald D. Moore, productor ejecutivo del Outlander, pensó que esos clichés eran estúpidos y que el sexo realista atado a la emoción puesta a tierra –y los deseos de ambas partes– eran mucho más convincentes. Tenía razón.

Así que vamos a levantar una copa por Claire Fraser, que disfruta de lo que quiere, ya sea una conexión íntima, el avance profesional, un vestido de asesino o un paseo por el campo. Claire es una de las mejores de una nueva ola de excitantes personajes de televisión femenina, mujeres que reivindican sus ambiciones, sus sueños, sus penas, y su rabia y sí, su sensualidad.

Para aquellos que todavía quieren trivialización, minimizar o descalificar a Outlander, suerte con eso. Es difícil procesar esas ideas cuando se es testigo de los paneles de Comic-con de San Diego y se compara con la recepción de los Beatles en el Shea Stadium que parece una fiesta de té.

Outlander no es un corpiño. Pero si lo fuera, Claire es totalmente capaz de quitarse su propio corpiño cuando está bien y lista.


ADVERTENCIA: ella bien puede haber guardado un cuchillo o una botella en ella. Esta chica está llena de sorpresas.


https://ew.com/tv/2018/11/09/outlander-claire-fraser/

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