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Foto del escritorsj.ehlemann

Suerte quemando un leño.


La costumbre pagana de quemar troncos la noche de Navidad fue condenada por la Iglesia en el siglo VI.




Se dice que este rito procede del Antiguo Egipto, donde se prendía un árbol la noche del solsticio para conmemorar el renacimiento de Horus, el dios Sol. También los celtas quemaban un tronco esa noche, y con las cenizas, que consideraban mágicas y curativas, “sembraban” la tierra para hacerla fértil o las aplicaban en cataplasmas a los enfermos.

El rito persiste aún en lugares como Catalunya, donde se ha convertido en el tradicional Caga Tió. Antiguamente se quemaba después de hacerle "cagar" caramelos y juguetes para los mas pequeños, y esas cenizas eran guardadas para amuletos y rituales.


Jessica B.

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